Playlist

sábado, 18 de junio de 2016




Análisis de “Dark City” (Alex Proyas, 1998) 


Ficha Técnica:

Titulo: Dark City.
Año: 1998.
País: Estados Unidos.
Duración: 96 min.
Director: Alex Proyas.
Guión: Alex Proyas, Lem Dobbs y David S. Goyer basado en una historia de Alex Proyas.
Producción: Andrew Mason y Alex Proyas.
Fotografía: Dariusz Wolski.
Música: Trevor Jones.
Montaje: Dov Hoenig.
Diseño de producción: George Lidell y Patrick Tatopoulos.
Reparto: Rufus Sewell (John Murdoch), William Hurt (Frank Bumstead), Kiefer Sutherland (Dr. Daniel P. Schreber), Jennifer Connelly (Emma Murdoch), Richard O’ Brien (Sr. Mano), Ian Richardson (Sr. Libro), Bruce Spence (Sr. Muro)

Sinopsis:

John Murdoch despierta en la bañera de un hotel amnésico y acusado de una serie de asesinatos cometidos a prostitutas. Pronto se encontrará con el detective encargado de investigar el caso, una mujer que asegura ser su esposa y sobre todo con Los Ocultos, unos seres extraterrestres que ocupan cuerpos muertos y que tienen el poder de manejar la ciudad y sus habitantes a su antojo para sus fines. El Doctor Schreber, un humano que ayuda a Los Ocultos, será la principal ayuda de Murdoch.

Análisis:

Los últimos años de los años 90 fueron inundados por una serie de títulos de ciencia ficción que con presupuestos y ambiciones variables, estimularon a un público deseoso de nuevas experiencias en el cine. Películas como “Gattaca” (Andrew Niccol, 1997), “Pi” (Darren Aronofsky, 1999), “Nivel 13” (The Thirtheenth Floor, Josef Rusnak, 1999) o “Matrix” (Andy y Larry Wachowski, 1999) dieron para páginas y horas de debate entre los aficionados al género. En los tres primeros casos entre sectores más “especializados”, por así decirlo, y en el último caso a escala mundial con el espectacular éxito de las andanzas de Neo, Trinity y compañía.


La película que nos ocupa podríamos encuadrarla en el grupo de “películas de culto”, si bien con el paso de los años podemos considerarla clásico a secas. “Dark City” es uno de los mejores títulos de su género surgidos desde 1998 en adelante y desde luego mucho más imaginativo y estimulante que espectáculos y bluffs multimillonarios del tipo “Avatar” (James Cameron, 2009) o las secuelas de “Matrix”, sobre todo “Matrix Revolutions” (Andy y Larry Wachowski, 2003) o cómo desperdiciar la oportunidad de crear el equivalente a “Star Wars” para la generación del siglo XXI. “Dark City” recoge una serie de influencias del cine y literatura asumidas, pero al mismo tiempo las aprovecha para crear su propio universo, combina una serie de géneros con éxito (el thriller noir de los años 40, la ciencia ficción, el terror) y cuenta con la dirección artística más convincente a la hora de recrear un mundo propio desde los tiempos de “Blade Runner” (íd, Ridley Scott, 1982) y “Brazil” (Terry Gilliam, 1985) 


La ciudad de “Dark City” es precisamente co-protagonista de la historia, con elementos que homenajean a “Metrópolis” (Fritz Lang, 1927), la Gotham City de “Batman” (íd, Tim Burton, 1989), la arquitectura “art déco” y detalles concretos de varias ciudades del mundo. Una ciudad en perpetua oscuridad, con calles mojadas y llena de sombras, que diríase iluminada por Edward Hopper, uno de los pintores más influyentes de la historia del cine (A su celebérrimo cuadro “Nighthawks” me remito). Por fin una ciudad impresionante que no sepulta la historia y personajes, sino que sirve como perfecto complemento para las andanzas del atribulado John Murdoch en sus intentos por llegar a Shell Beach y en sus huidas y luchas contra Los Ocultos. 
Éstos personajes, iconos del género, son otro buen ejemplo de cómo utilizar referentes ya existentes para crear personajes con personalidad. A simple vista, podemos deducir sin esfuerzo que los modelos empleados para crear a Los Ocultos son “Nosferatu” (Friedrich Wilhelm Murnau, 1922) y los cenobitas de "Hellraiser: Los que traen el infierno" (Hellraiser, Clive Barker, 1987), pero el cinéfilo más clásico reconocerá la influencia de “M El Vampiro de Düsseldorf” (M, Fritz Lang, 1932) y el cinéfilo degustador de psicotronías de “qualité” descubrirá la influencia del Riff Raff de “The Rocky Horror Picture Show” (Jim Sharman, 1975). Influencia evidente en la participación de Richard O’ Brien como el Sr. Mano, el Oculto más destacado junto con el líder anciano y el Oculto Niño. 


El director Alex Proyas realizó con “Dark City” su mejor obra hasta la fecha y una cima que probablemente no sea capaz de superar, si juzgamos su trayectoria posterior desde entonces. Proyas aporta el poder visual de su época del videoclip y también, todo hay que decirlo, los planos de breve duración que suelen ser característica habitual de ese mundo aunque la historia pueda seguirse sin los dolores de cabeza que aportan alumnos torpes de esa disciplina comoMichael Bay. Es recomendable que aquellos fans de “Dark City” que quieran disfrutarla aún más en el DVD o Blu Ray que den al botón de pausa cada poco para poder admirar el trabajo hecho por Proyas y fundamentalmente los diseñadores de producción Patrick Tatopoulos George Lidell.
Alex Proyas también recoge otras influencias en su realización, siendo la más destacada la de Orson Welles con sus decorados con techo, contrapicados y movimientos de cámara que recuerdan a los de sus películas, en especial su adaptación de Kafka “El Proceso” (The Trial, 1962). Proyas se luce con escenas a recordar como la de la presentación deJohn Murdoch desnudo en la bañera con la lampara del techo balanceándose de un lado para otro en plano cenital; Murdoch depositando el pez en la bañera en plano acuático; las reuniones de Los Ocultos en el subsuelo controlando la ciudad a su antojo, intentando averiguar qué hace “humanos” a los humanos (pista: no se encuentra en la cabeza) y buscando formas para atrapar a John Murdoch
Los momentos culmen son los de la “sintonización”, con todos los habitantes de la ciudad dormidos mientras los edificios cambian de forma sin necesidad de efectos especiales aparatosísimos; la huida de John Murdoch de Los Ocultos mientras se produce otra “sintonización” y los edificios cambian de forma, con mención especial al Niño Oculto que raspa la pared con su cuchillo como si de un mini Freddy Krueger se tratase; el inquietante paseo en barca donde John Murdoch y el detective Bumstead son puestos al corriente por el Dr. Schreber sobre Los Ocultos; el descubrimiento de la que la ciudad flota en el espacio; y finalmente el duelo de poderes mentales entre John Murdoch y el Oculto Anciano, primero en el subsuelo, después levitando por el aire. 


Quizás se quede a un pasito de la obra maestra, pero desde luego “Dark City” es uno de los títulos fundamentales del género fantástico y una joya a mano para estos tiempos de falta de imaginación y energía en el cine. La legión de fans que posee la película son también de los que añoran épocas pasadas del cine, inclusive los años 90. Quién nos iba a decir que acabaríamos añorándolos. 

No hay comentarios: